Para celebrar nuestro 14F, el Nenuco y yo decidimos ir a uno de los panoramas que pusimos en el feisbuk (nos sigue, ya? Hágalo, si no) y obvio que elegí Soy Churro porque amo -pero AMO- los churros. Son la mejor street food del mundo, y cada vez que voy a una feria o evento, espero ver un carrito de churros. Una vez le di la oportunidad a una cadena profesional de churros, y me decepcionaron ene. Pero Soy Churro es otra cosa.
Llegamos a su primer local, el de Nueva de Lyon, donde nos recibe un pequeño pero completo local con un aire español, y un hermoso trabajo de baldosas que te dice full Europa, con sus mesas azul-amarillo al aire libre.
Pedimos ambas promos de San Valentín, porque pucha, tienen churros Y HELADOS y no me van a hacer elegir: tres churros clásicos + dos rellenos -una promo para cada uno, porque sorry, enamorá hasta las patas, pero no comparto mis churros-, y la promo de dos helados de dos sabores.
Sus helados artesanales tienen sabores bien variados y algunos super originales, cosa que hoy por hoy se busca en cada gelatería que se precie a sí misma de ser artesanal. Y son exquisitos, Amigos, cuando les dije la otra vez que si hubiera una glaciación yo igual estaría tomando helado, hablo de este helado.
Cremoso, suave, el sabor hace siempre honor al nombre, sea que pidan chocolate, como melón orégano. Hay cosas como manzana estragón y también sabores bien chanchos, como caramelo salado, y uno increíble de cheesecake de berries que sabe a frosting de cupcake.
Los churros son ridículamente perfectos y dorados, además de crujientes, frescos y calientitos. También son sanitos, porque son sin aditivos de ningún tipo, el aceite es 100% vegetal y sin grasas trans, por lo que tiene menos grasas que un croissant, y son más sanos que el Chocapic (además de haber opciones veg/vegan friendly)
La receta es la original y simple: harina, agua, aceite, sal. Nada más.
Los rellenos son enteramente rellenos y no “solamente en las puntitas”, y vienen de manjar, crema pastelera y nutella. Harto rico el manjar, por cierto. Incluso al Nenuco que odia el dulce de leche, le gustó.
Los clásicos se comen acompañados de un vasito de chocolate espeso caliente (dulce o bitter) para hacer dipping. Ojo, el chocolate es belga, por lo que el amargo es bien amargo, como es la tradición.
Encuentro increíble que hoy haya una disponibilidad más fácil del clásico churro español untado en chocolate, porque si no es invierno, es bien difícil de encontrar y personalmente hallo que es una deliciosidad que no debería quedarse encadenada al invierno.
Me encanta que todo es de cartón o madera en la presentación, así que también es eco-friendly. Bien o bien.
Sea que venga por los helados o por los churros, no van a salir decepcionados. Yo les diría que vengan por las dos cosas.
Dónde: Soy Churro, Nueva de Lyon 045, Providencia
Precio: Unos $5.000-$7.000 por dos personas
Un comentario en “Soy Churro: el lado más dulce”